Ansiedad
Si se camina por una calle obscura y un extraño sale de entre las sombras con un arma, a esa emoción se llama “miedo”. Pero si en la playa, durante las vacaciones, nos asalta un temor repentino a los efectos cancerígenos del sol, probablemente estemos en presencia de ansiedad.
El miedo es una respuesta emotiva-racional ante un riesgo efectivo. En la ansiedad por el contrario, la amenaza es fundamentalmente imaginaria. El problema es que la respuesta fisiológica ante el miedo o la ansiedad es la misma, y como en esta última se mantiene constante por períodos más o menos largos, el cuerpo termina resintiendo toda esa tensión.
Desde el punto de vista médico, los tranquilizantes son recomendables para las personas ansiosas, pero pueden causar dependencia y tolerancia (necesidad de recibir dosis crecientes para experimentar el mismo efecto). Además, tienen efectos secundarios y sus efectos a largo plazo no son suficientemente conocidos.
En Psicoterapia, tratamos de averiguar las causas profundas de la ansiedad para curarlas desde su raíz.